Aunque nunca me callo guardo un par de secretos.
Una sonrisa tuya hizo que mi mundo cambiara por completo. Tu sonrisa hizo que una chica como yo se fijara en ti. Tu sonrisa me hizo sentirme feliz. Quizás si que existan las casualidades.. como la de conocerte y sentir que estaba destinada a enamorarme de ti. La felicidad es difícil del encontrar, pero no es imposible. A veces la gente la tiene y no se da cuenta. Yo solo te necesito a ti para ser feliz.♥
''Cada día me miro en el espejo y me pregunto: Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿quería hacer lo que voy a hacer hoy? Si la respuesta es no durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo.''
sábado, 30 de septiembre de 2017
Y no hay una sola historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final. Y si lo tiene, no será feliz.
Piénsalo, céntrate en la cantidad de oportunidades que se te presentan en la vida y que rechazas. Hay veces que ni siquiera te paras a pensar si quizás te merece la pena o no, eso nunca lo sabes, quizás pienses que nunca pueda llegar a ser. ¿No crees? Es lo típico que le pasa a cualquier persona alguna vez en su vida. ¿El motivo? Quizás sea por miedo. Es más, probablemente; sea lo más seguro. Miedo a que nada sea como antes, miedo a equivocarse, miedo a arriesgarse y ver que nada tiene sentido, miedo a que te fallen, miedo a quizás, no sentir lo mismo. Miedo a no llegar tan lejos, incluso lo más común, miedo a perderle.
El miedo al fin y al cabo desaparece por sí solo si te enfrentas a él. Así jugarás con ventaja, porque por miedo, se pierden muchas cosas, se pierden muchas oportunidades. Y yo no estoy dispuesta a perderlas...
El miedo al fin y al cabo desaparece por sí solo si te enfrentas a él. Así jugarás con ventaja, porque por miedo, se pierden muchas cosas, se pierden muchas oportunidades. Y yo no estoy dispuesta a perderlas...
lunes, 25 de septiembre de 2017
Despiértame con un ''Buenos días princesa''.
Dime al oído que soy lo que más deseas hasta que te quedes sin voz. Sonríeme cada vez que yo te sonría. Cógeme en brazos cuando esté cansada y llévame a nuestro lugar favorito. Dime mil veces que soy tonta, pero que te encanta que sea así.
Hazme enfadar hasta que me pique, y cuando quiera irme; entonces agárrame, me cógeme de la mano, dime que no me vaya y antes de que diga la más mínima palabra, cállame con un beso.
Dime que te encanta que te haga esperar aunque sea mentira, que odias cuando llega la hora en la que te tienes que ir, que no quieres alejarte de mi lado. Dime que esto será así siempre. Prométeme que iremos juntos a ese sitio y QUE ME SENTIRÉ LA CHICA MÁS AFORTUNADA DEL MUNDO.
Y para terminar, mejor dicho, haz esto siempre, una y otra vez...
domingo, 24 de septiembre de 2017
Sonríe, ahora más que nunca.
¿Nunca te ha pasado que estás en la cama y no puedes dejar de recordar momentos del pasado?
Estás tumbada en la cama, escuchando música, el ordenador encendido, la gente hablándote y tú ahí, pensando en la nada, sin responder... Por un momento, recuerdas situaciones atrás y revives momentos que ahora ya no existen, y piensas si algún día podrás volverlos a vivir... Sean buenos o malos, es imposible que no sientas añoranza al pensar en ellos, porque pasase lo que fuera, en aquellos momentos, eras la persona más feliz del mundo, solo que; sea por la causa que sea, acabaron de una manera que no fue la más adecuada.

Yo lo admito, miro atrás y no puedo evitar sentir vacío en mi interior, me siento perdida, como si no supiese cual es el camino que debo seguir a partir de ahora para sentirme feliz, completa, y a la vez, eufórica. Como si no supiese que hacer con mi vida, si aprovechar muchas de las oportunidades que se me presentan o si dejarlas pasar... Si pensar más en el pasado o simplemente considerarlo una parte de mí, que quieras o no, son recuerdos. Admito que también he cometido miles de errores, de equivocaciones, de momentos malos, indecisiones, de enfados, de celos, de incertidumbre, días en los que no hubo nada capaz de hacerme sonreír y otros en los que quería comerme al mundo.

Pero pienso que en ahí está el secreto, en saber aceptar las cosas y de tal modo, crear un punto y a parte, que vida solo hay una y no merece la pena perderla en tonterías. Eres joven, sal, disfruta, sonríe, diviértete, haz lo que te de la gana sin importarte nadie, y sobre todo, sé tu misma, nunca dependas de nadie.
Sólo así conseguirás ser realmente feliz.
Estás tumbada en la cama, escuchando música, el ordenador encendido, la gente hablándote y tú ahí, pensando en la nada, sin responder... Por un momento, recuerdas situaciones atrás y revives momentos que ahora ya no existen, y piensas si algún día podrás volverlos a vivir... Sean buenos o malos, es imposible que no sientas añoranza al pensar en ellos, porque pasase lo que fuera, en aquellos momentos, eras la persona más feliz del mundo, solo que; sea por la causa que sea, acabaron de una manera que no fue la más adecuada.

Yo lo admito, miro atrás y no puedo evitar sentir vacío en mi interior, me siento perdida, como si no supiese cual es el camino que debo seguir a partir de ahora para sentirme feliz, completa, y a la vez, eufórica. Como si no supiese que hacer con mi vida, si aprovechar muchas de las oportunidades que se me presentan o si dejarlas pasar... Si pensar más en el pasado o simplemente considerarlo una parte de mí, que quieras o no, son recuerdos. Admito que también he cometido miles de errores, de equivocaciones, de momentos malos, indecisiones, de enfados, de celos, de incertidumbre, días en los que no hubo nada capaz de hacerme sonreír y otros en los que quería comerme al mundo.

Pero pienso que en ahí está el secreto, en saber aceptar las cosas y de tal modo, crear un punto y a parte, que vida solo hay una y no merece la pena perderla en tonterías. Eres joven, sal, disfruta, sonríe, diviértete, haz lo que te de la gana sin importarte nadie, y sobre todo, sé tu misma, nunca dependas de nadie.
Sólo así conseguirás ser realmente feliz.
sábado, 23 de septiembre de 2017
Realidad.
Amor, sí, eso que dura una cierta etapa de tu vida, con una
persona que quizás no te valore, o si lo haga, pero lleguen sus amigos, o los
tuyos, y revienten la puta historia que creasteis. Ahora mismo, estoy en un
precipicio, en el que si salto no perderé, ni perderán nada, pero si me paro en
seco ante él, me bloquearé y todos me juzgarán. Todos se quedarán mirándome
como si no se hubieran fijado antes de que estaba allí al igual que ellos.
Antes todo era perfecto, nadie se preocupaba de mi existencia, solo los que
compartían algo conmigo sabían cómo era, solo los que se pararon a preguntarme
''hola, ¿cómo te llamas?'' sabían cómo eran mis gustos, cómo tratar mis estados
de ánimo, entender mis paranoias, etc. Pero siempre pasa lo mismo, cuando creo
que todo es perfecto, llega el segundo siguiente y sucede algo que lo estropea
todo, y ya no siento esas mariposas en el estómago, y empiezo a ver a los que
hay alrededor nuestra, y me doy cuenta de que nunca hemos estado solos, siempre
había alguien observándonos. Y esa gente, esos que estaban mirando lo que
hacíamos, esos que medían con exactitud cada uno de nuestros gestos, miradas,
palabras, etc, son aquellos que hablan, que critican y aunque han estado todo
ese tiempo allí, me doy cuenta de que solo lo hacen por joder, y que por mucho
que lo intenten, nunca sabrán nada de nosotros. ¿Y sabes qué pasa? Pasa que en este momento estoy en mitad de la
nada pensando: ¿dónde ha ido a parar toda la gente de mi alrededor? Y ahí, en
ese mismo instante me doy cuenta de que las cosas vienen y van, que solo los
números son infinitos, que esas tremendas ganas de comerme el mundo han
desaparecido y ahora solo me queda que esa sensación de vacío que tenía al
principio de todo, ¿recuerdas? Me refiero a esa sensación que tienes cuando
eres nuevo, no conoces a nadie y todos te miran extrañados, preguntándose cuál
será tu historia. Bueno, pues esa sensación es la que tengo ahora, que por
mucho que mire no hay nadie a mi lado, y me jode, porque yo fui la que
consiguió sacarle una sonrisa a cada una de esas personas que se cruzaron por
mi camino y se quedaron un cierto tiempo, que yo fui la que iba por ahí
defendiéndoles, que yo hice su vida un poco más fácil, o al menos lo intenté y
en este momento, se han ido todos, hasta los que me juraron un siempre. Será
que así es la vida, que por mucho que des, no recibes, que aunque sonría se
nota a la legua que todo esto me puede, así que al final solo me queda dos
opciones: seguir fingiendo que no me pasa nada o coger los problemas de frente,
que sí, que al principio me darán un palo, pero quizás así pueda resolverlos. Y
he decidido escoger esta última opción. Me da igual que me llamen loca, por
creer en el amor, por no dejar escapar ninguna oportunidad, por dejar las cosas
claras desde el primer día. Que me llamen loca, por vivir a mi manera, por
tener mis propias reglas y aún así respetar las de los demás. Que me llamen
loca, por no pararme a pensar las consecuencias. Que me llamen loca, por ir a
300 km/h. y parar de golpe, por ir a ciegas y aún así no encontrarme ningún
obstáculo, por perderlo todo en un segundo y seguir apostando. Que me llamen
loca, por defender lo que es mío, por ayudar a los que puedo. Que me llamen
loca, por saltar de un avión en paracaídas y aterrizar de pie. Que me llamen
loca por tragarme mis lágrimas para secar las de los demás. Que me llamen loca,
por pasar de todo lo importante y luego arrepentirme, por ser la más feliz del
mundo un día y al siguiente estar sentada en el sofá sin ganas de nada. Que me
llamen loca, por estar tranquila y de repente ponerme a cantar. Que me llamen
loca, por memorizar su horario e ir detrás suya como una tonta. Que me llamen
loca, por esquivar un beso suyo y decirle: lo siento, pero esta vez me apetece
dártelo yo a ti. Que me llamen loca, por decir: no, no soy ninguna princesa, y
no quiero serlo, quiero mancharme de barro, hacerme heridas y así poder decir:
mira, mientras tú te preocupabas en que vestido ponerte, yo estaba allí fuera,
luchando por los que me rodean. Que me llamen loca, por enamorarme por la
personalidad y no del físico, por fijarme en sus ojos antes que en su culo. Que
me llamen loca, por ser capaz de ir en calcetines por el instituto tan solo por
una apuesta, por preferir la Nutella antes que la Nocilla, por pensar más de
una vez que no le importo a nadie, ni siquiera a mí misma. Que me llamen loca,
por tener miedo a perderlo, por ponerme celosa cada dos por tres, por intentar
hacerle feliz. Que me llamen loca, por preferir mis Reebook antes que unos
tacones, por pasar de la corona y coger un gorro, por tirar el vestido y
ponerme una jodida sudadera y unas mallas. Que me llamen loca, he decidido
dejar de comerme la cabeza, para empezar a comerme el mundo.
martes, 19 de septiembre de 2017
Hay días grises y días normales.
Soy común. Soy la típica chica que ama la música y le
apasiona bailar. Y sobre todo sentir, porque es parte de mi respiración, mi
mayor expresión del latir de mi corazón. Soy tan común que aún amo escribir en
aquellos momentos en los que te sientes frustrada y necesitas desahogar todo
eso que llevas dentro. Camino distraída hacia un destino algo incierto, hacia
donde me empuja el viento; hacia donde me indique el amor. No puedo decir que
conozco todos los caminos, pero admito que… más de una vez recorrería más de
uno de ellos. La lluvia me hace entristecer, todo parece gris y frío. La
soledad no es bien acogida cuando existe un hueco en tu corazón. Notas como
existe ese temor, temor a volar, a dar, recibir y por qué no decirlo, a
exponernos al dolor. Porque duele, y sólo queremos olvidar. Pretendemos
hacernos los fuertes, cuando en realidad, sólo buscamos algún pilar fuerte
sobre el que llorar. De vez en cuando, me levanto, sigo caminando; aún sabiendo
que puedo volverme a tropezar. Pero mi interior me dice que no estoy sola. Siempre
habrá decepciones, pero también, felicidad. Podrá derrumbarse el mundo,
oscurecerse el cielo, podrá cambiar lo que nunca ha cambiado, podrá romperse
esa apariencia, podrá apargarse la música, pero tranquilo, no pasa nada, tú
eres mi música. Podrán abravarse las aguas, colapsarse las ideas, que no
importará nada más, solo sonreír y que ahí estés TÚ.
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