Muchas veces pensamos que muchos de ellos no somos capaces de superarlos, pero finalmente, lo logramos. Sacamos fuerza de donde sea, y sin esperarlo, salimos adelante.
A veces una sonrisa es el mejor antídoto ante cualquier problema por el que estemos pasando, pero siempre nos cuesta trabajo sonreír.
Es cierto que puede que lo pasemos mal, o incluso fatal. Pero nunca debemos parar de sonreír ni un segundo. Hay que ser capaces de levantarse las veces que sea necesario y pensar, si pude una vez, puedo dos. Y sobre todo, mirar siempre al frente con una sonrisa en la cara.
Nunca olvides que sonreír da vida.
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