Eres demasiado arte, para alguien que carece de sensibilidad.

Y queremos siempre rosas,
y Venecia, Verona, París, 
y la vida es otra cosa, 
la verdad, la mentira y un sí,

Las señales de prohibición a tu boca, son mis ganas de comértela.

Cariño, no te pido que me perdones por lo idiota que he sido, por lo idiota que fui o por lo idiota que voy a ser. Solo quería que supieras que aunque no fuese la forma más bonita de conocernos, que el destino decidió separarnos o que tal vez no estábamos hechos para encajar tuve claro que cuando dos personas tienen en sus manos todo el amor para entregarse en caricias, todos los huecos, las esquinas, los bordes y las imperfecciones terminan encajando, porque no estábamos hechos para encajar, pero al menos, creo, que sí para ser felices. Y no vamos a permitir que cambie eso tan bonito que solo sentimos entre tú y yo. Porque si estamos decididos a luchar, tenemos todas las de ganar. 

Cualquiera en su sano juicio se hubiese vuelto loca por ti.

Porque nunca es tarde y el tiempo se acaba cuando la vida termina. Y hasta ese momento, siempre existe una personalidad para todo. 

Se me pasa, cuando me sonríes se me pasa, las penas, la vida, todo...

Que venga lo que tenga que venir, pero que te pille siendo feliz.

Que te pille disfrutando de la vida cada día, cada segundo. Que te pille haciendo lo que te gusta, con quien te gusta y donde te gusta. Que te pille levantándote de cada caída para seguir adelante, porque la vida es dura pero tú lo eres mucho más. Que te pille queriéndote incluso con tus defectos. Y dando lo mejor de ti. Que te pille dando abrazos de esos que te dejan sin aliento, de esos que sientes que el mundo se va a acabar y besando como si fuese la primera vez. Que te pille siendo tú, siempre. Pero sobre todo, QUE TE PILLE CONMIGO. 

Que te pille imaginándome de tu mano por las calles de Madrid, es el echar de menos más bonito que existe. 

Te voy a echar de menos siempre, aunque no te lo diga.

Te voy a echar de menos porque no puedo no hacerlo.

Te voy a echar de menos porque cada segundo que estoy contigo, eres capaz de demostrarme que sobra todo lo demás cuando estás en el sitio adecuado, con la persona adecuada, que es posible quererte más, y más, y más...

Asumir que rendirse no es una opción.

Hay momentos en los que la vida nos pone a prueba. Quizás pasamos por más baches de los esperados y nos tropezamos con muchas más piedras de las que pensamos. Pero aun así nos caemos, y levantamos. 

Muchas veces pensamos que muchos de ellos no somos capaces de superarlos, pero finalmente, lo logramos. Sacamos fuerza de donde sea, y sin esperarlo, salimos adelante.

A veces una sonrisa es el mejor antídoto ante cualquier problema por el que estemos pasando, pero siempre nos cuesta trabajo sonreír.

Es cierto que puede que lo pasemos mal, o incluso fatal. Pero nunca debemos parar de sonreír ni un segundo. Hay que ser capaces de levantarse las veces que sea necesario y pensar, si pude una vez, puedo dos.  Y sobre todo, mirar siempre al frente con una sonrisa en la cara. 

Nunca olvides que sonreír da vida.

Si te fijas bien todo es locura. La religión es locura, la política es locura, el arte, el amor, las ilusiones. ¡Todos estamos locos! La única diferencia es que hay locuras hermosas, locuras terribles, locuras creativas y locuras destructivas... locuras que te dan vida y locuras que te llevan a la muerte.

¡Vive con locura, no a lo loco! 

¿Merece la pena?

Mítica pregunta que hacen todos. Es fácil la respuesta: ¿acaso crees que si no estaría así? Pues claro que sí, merece la pena simplemente porque; aunque llegó de la manera más inesperada es el único capaz de hacerte sentir diferente cada vez que le ves. Esa persona con la que aunque lleves años, te sigan temblando las piernas como la primera vez. Porque las ganas aumentan, y no disminuyen. Cualquier momento es bueno para pasarlo junto a él. Recuerdos. Bonitos recuerdos. Inolvidables. Porque cuando la confianza es mayor, se crean vínculos mucho más estrechos. Horas y horas que pasas pegada a la pantalla hablando con él, hablando de nada pero disfrutándolo todo. Porque aprendes a expresar tus sentimientos con palabras y haces que se olvide todo lo malo. 

A todos esos que me preguntan diariamente, les diría que sí, que merece la pena. Y si tú estás en esta situación, te aconsejo que le escribas, y que nunca dejes de decirle lo mucho que le quieres. Que si alguna vez se acaba, porque no todas las historias tienen final feliz, o ni siquiera tienen final, porque si lo tuviesen, no sería feliz, que no sea por no haberlo intentado. Y sobre todo, que viva el amor, los kilómetros me dan igual.