Y llega ese día tan ansiado en el que no paras de sonreír. Por fin llegó ese momento en el que poder disfrutar de esa manera que llevas esperando tanto tiempo. De repente encuentras a alguien con quien poder soñar. Esa persona que convierte los lunes por la mañana en sábados por la tarde, y cualquier momento, en algo especial. Con la que no importa el lugar solo el con quién. Esa persona que te acelera el corazón, aquella que no necesitas para nada, pero la quieres para todo. Esa persona con la que no tienes secretos, y por la que aguantarías kilómetros por estar a su lado. Cuando quieres que no sueñen contigo, sino que soplen y se cumpla.
Y a pesar de que toca luchar contra el tiempo, estás en un momento en el las ganas y el optimismo pueden más que cualquier otra cosa. Valoras todas esas horas al teléfono hablando de nada y disfrutándolas tanto. Y es que con sólo recordar ciertos momentos, empiezas a temblar, y es que a todos nos pasa aunque intentamos disimularlo. Y por fin ahora lo entiendo todo:
''hay sensaciones que ni el corazón es capaz de esconder''.
''hay sensaciones que ni el corazón es capaz de esconder''.
Y es que al fin y al cabo, hay que entender que por muchos hechos que te cuenten, o por muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a ser contado.